El tesoro polizón: la cuchara de plata. 1ª parte.
Hace unos tres meses, en medio de un período en el que varias esferas de mi vida parecían estar ardiendo de manera casi cómica, y me pinchaba en la sien una sensación persistente de que el tiempo se me escurría entre los dedos, abrí mi lata del café una mañana.
La lata era una incorporación reciente a mi cocina; en su día quise encontrar un recipiente bonito y antiguo, pero nunca había aparecido el adecuado. Así que me había visto obligada a comprar uno yo misma: negro con un borde color latón que rodea la tapa. Decidí que lo suyo era encontrar también una cuchara especial para el café y, al abrir el cajón de los cubiertos para escoger una, había encontrado una plateada y desgastada que reconocí como una que rescaté hace unos 11 años, al vaciar la casa de mi abuelo tras su muerte. Me pareció adecuada.
Esa mañana, con los ojos legañosos y la mente lenta, miré bien la cuchara por primera vez; acaricié el borde del mango, sintiendo la textura del diseño, y luego hice lo mismo con las iniciales, apenas visibles bajo las manchas de decoloración: SCM.
Pensé un segundo y me di cuenta de que no me resultaban en absoluto familiares. Le pregunté a mi padre. Él tampoco tenía idea de a quién podían referirse, pero sugirió que quizá estaban relacionadas con mi bisabuela, Fanny Monroe (¿o era Monro o Munro?, pensó en voz alta), a raíz de la “M” del final. Sabía que ella se había casado con mi bisabuelo William Campbell hacia 1915. Si esta teoría era correcta, la cuchara habría estado relacionada con la vida de Fanny antes de su matrimonio; quizás perteneciera a un miembro de su propia familia que había conservado el apellido.
Me ajusté las gafas, arremangué mis mangas metafóricas y, armada de algodón mágico y algo parecido a una chispita de emoción, me puse a frotar la cuchara. Cuando observas cualquier cosa con atención durante más de unos segundos, ocurre algo interesante: muy pronto había despertado en mí una sensación de ilusión y sorpresa, al pensar que la cuchara había estado en mi casa todo este tiempo, un pequeño polizón escondido en el cajón.
¿Quién era SCM?