Nº 41 ~

Bolos de gatos

Alemania, 1897-1903

Fabricado por Steiff

Esta semana el tiempo era escaso, pero conseguí robar unos momentos y dibujar este fantástico conjunto de bolos de gatos de Steiff, con fecha de 1897-1903. Es otro objeto de juego que añadir a la colección del periodo entre 1890 y 1910, haciéndole compañía a la Muñeca zapato, la Niña saltando a la comba, el Juguete de penique ‘Bebé desaparecido’, la Sufragista sin cabeza, Pumpie el elefante, nuestro Coche de juguete, y la Cuna tablero de juguete.

Un detalle que me gusta mucho de estos bolos es que cada gato parece tener un aspecto un poco diferente; no sé si esa era la intención, pero quizás el método de fabricación se prestaba a que sufrieran variaciones a medida que se iba asentando el relleno dentro del exterior de fieltro y se iban derribando una y otra vez.

Me fascina lo elegantes que son (¡esas chaquetas y esos lazos rojos!) y la calidad de la fabricación. Me ha resultado imposible pensar en un equivalente contemporáneo que se aproxime a la sensación de ‘juguete especial’ que transmiten estos bolos. Las fotografías de la subasta incluyen una brillante manzana roja, que inicialmente interpreté como una de las pelotas originales que venían con el conjunto. Ya la estaba dibujando cuando me di cuenta de que únicamente aparece en una de las fotografías, y no se nos proporciona ninguna información acerca de ella. Sería de extrañar que la casa de subastas hubiera fotografiado un objeto que no estaba incluido en el lote, pero no he podido encontrar más datos. Los otros juegos de bolos de Steiff que he visto parecen tener pelotas más ordinarias.

Steiff fabricó muchas variantes de sus juegos de bolos – además de gatos, había perros, monos, conejos, elefantes, osos, e incluso unas gallinas maravillosas y coloridas, con un gallo como bolo central. Según una entusiasta de juguetes Steiff, en Europa se vendían como juegos de nueve bolos (skittles), mientras que en los EE. UU. se vendían para jugar a los bolos a diez (tenpin), e incluían un bolo adicional.

El juego de bolos Steiff que he visto con mayor frecuencia en mis pequeñas investigaciones es uno que incluye una selección de diferentes animales (ver aquí por ejemplo). Si miras de cerca, la forma que tienen muchos de estos bolos de animales es esencialmente la misma, excepto las orejas y los diferentes grados de protuberancia de cada hocico. Cuando vi los bolos de los conejos, recordé el bonito muñeco Steiff de Peter Rabbit (1904). Parecen usar el mismo patrón: los animales están todos erguidos sobre sus patas traseras, rogando como perritos. Como contraste, echa un vistazo al muñeco de Peter Rabbit que vende Steiff hoy: es un muñeco muy diferente en varios sentidos, ya que parece estar basado en la animación de las últimas películas, en lugar de los dibujos de Beatrix Potter.

Peter Rabbit se publicó en el año 1893, tan solo unos años antes de que aparecieran estos bolos. La forma en que se han diseñado estos animales me recuerda bastante a los libros de Potter; consigue alcanzar un equilibrio entre la veracidad representativa de la ‘animalidad’ y una agradable calidad antropomorfa que evoca un mundo de ficción en el que nos parece natural imaginárnoslos hablando o interactuando con nosotros.

Steiff siempre ha sido famoso por sus peluches y especialmente por sus ositos, como el de Hans Butzke, que siguen siendo su especialidad en la actualidad. Su sitio web incluye ositos y otros peluches, balancines de gama (muy) alta (un león, un oso o un pony), además de algún que otro juguete de madera para bebés y títeres de mano. Me sorprendió ver que también habían entrado en el mundo de la moda infantil.

Antiguamente, parece que Steiff fabricaba una gama más amplia de juguetes, incluidos algunos con personalidad propia y abundante. Siempre han tenido una selección interesante y amplia de peluches de diferentes especies animales, pero parecen haber fabricado animales ‘personajes’ con mayor frecuencia en el pasado. Por ejemplo, mira este bulldog de terciopelo, o este señor tan estiloso.

Por lo general, los peluches que fabrican ahora parecen ser más suaves y menos rígidos, debido en parte a las normas de seguridad y a la disponibilidad de nuevos materiales tersos pero duraderos para el relleno y el pelaje. La forma en que sus líneas se desvían ahora de una representación más ‘precisa’ refleja las tendencias actuales de diseño, al igual que hace un siglo. Pero me parece interesante ver que algunos de los diseños actuales se centran menos en la creación de personajes o mundos, y más en la producción de un juguete suave y abrazable que ofrezca consuelo cuando sea necesario, con expresión neutra y dulce.

Me hizo pensar en qué puede haber cambiado con respecto a los atributos que buscamos en los juguetes. Estos bolos son divertidos y son participantes activos en el juego de un niño o una niña, en cuanto que ya contienen algún tipo de cuento o historia en su interior, sin importar si interactuamos con ella o no. Algunos de los gatos parecen un poco enfadados, otros parecen estar despistados, y otros casi que parecen tener hambre. Juntos forman un grupo maravilloso; el bolo central o kingpin es una figura de oso hecha con pelaje de angora, y ese bolo que está a su lado ¿es otro kingpin gato? ¿O es una ‘queenpin’ ?

Es muy probable que fabricar unos bolos como estos en la actualidad sería prohibitivo y acabaría siendo un rotundo fracaso comercial. Pero fantaseo con que alguien, en algún lugar del mundo, también piensa que son espectaculares, y se lanzará a producirlos. Aquí me pongo sobre mis patas traseras, y hago sonar mi cascabel: ¿por favor?  

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